Era una cuestión de calculadora. Y a la segunda fue la vencida. El Barça había hecho sus deberes venciendo en Mendizorroza, pero no llegó la ayuda de Valencia ni de Valladolid en el Wanda Metropolitano. Así que hubo que esperar al sábado para movilizar la fiesta preparada. Ante el Levante descorchó el champán.
El equipo catalán volvió a ganar el título con suficiencia. No tanto como el anterior, que estaba prácticamente encarrilado en la primera vuelta, pero sí que dio sólidos pasos hacia el título en el segundo tercio de competición, cuando al fin agarró la regularidad.
De hecho, le costó cogerle el pulso, quizá víctima del listón que había puesto el campeonato anterior, en el que únicamente firmó una derrota, y en el penúltimo partido. Quedó claro en una semana con tres partidos que acabó con dos empates en casa (Girona y Athletic) y una dolorosísima derrota en Butarque ante un Leganés que iba colista y levantó un 0-1 en apenas un minuto.
El 11 de noviembre, el Betis asaltó el Camp Nou (3-4) y dejó un buen reguero de dudas, especialmente en defensa. Sin embargo, aquella fue la última vez que perdió en Liga. Días después, Dembélé, en el último suspiro, no solo evitó otro traspié, sino que dio el pistoletazo de salida a una racha gloriosa.
Momentos decisivos
Ocho victorias seguidas, 17 en 21 encuentros antes del choque contra el Levante, fueron distanciando a Atlético y Madrid cada vez más.
Eso sí, el golpe definitivo al campeonato para allanar el título tuvo lugar en el Santiago Bernabéu. Apenas unos días después de eliminarle allí de la Copa del Rey y dejarle sin final, llegó el 0-1 firmado por Rakitic que dejó a los madridistas con opciones residuales de vencer el torneo.
Eso sí, quedaba el Atlético de Madrid como último escollo. Su visita al Camp Nou en la jornada era su última oportunidad. Pero entre Luis Suárez, que abrió la lata definitiva, y Messi solventaron la papeleta en los últimos minutos para lucir músculo y bíceps.
El 5-1 al Madrid en el Camp Nou, que supuso el despido de Lopetegui, o la remontada en Sevilla con un Messi estelar quedarán también en el imaginario 'culé' de esta nueva conquista.
Pleno de Valverde
Dos años en el banquillo azulgrana y dos títulos, todo un éxito para Ernesto Valverde, quien parece haberle cogido el truco a la competición pese a la alta exigencia que hay siempre en el Camp Nou.
Honores para el técnico extremeño, aunque esta Liga es la Liga de Messi, ya el hombre en activo con más campeonatos domésticos. En general, está siendo el año del rosarino, conectado de nuevo a su mejor versión para poner a su equipo en disposición de ganar los cuatro títuos que disputaba esta temporada.
Gracias a su gran ventaja sobre sus perseguidores, el argentino sumará un 'Pichichi' histórico para su colección, el sexto, que le igualará con el mítico Telmo Zarra. Fue el hombre del torneo, sin duda. Ya no solo es que saliera a ovación por partido en el Camp Nou, es que también a domicilio se llevó buenas dosis de aplausos. Especialmente, tras su exhibición en campo del Betis.
Otros nombres propios son los de Piqué, rejuvenecido para conectar con sus mejores día; Jordi Alba, otra vez socio ideal de Messi, y Ousmane Dembélé, con una capacidad de impacto en los partidos similar a la del rosarino, a pesar de sus lesiones y desconexiones.
La vigesimosexta conquista del Barcelona, aún a siete de su eterno rival, que continúa mandando en el palmarés históricos, tiene premio. Se trata de la tercera alternativa en los últimos cinco años, por lo que el club que preside Josep Maria Bartomeu volverá a quedarse la copa en propiedad.
Es la quinta vez en la historia que ello ocurre, por lo que iguala así al Real Madrid en esa faceta. Otro triunfo simbólico contra los blancos.
27 de abril de 2019