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National Portrait Gallery, Smithsonian Institution; Acquired in part through the generosity of James Alefantis and Donald A. Capoccia and Tom L. Pegues
Among the most significant artists to emerge during the 1980s, David Wojnarowicz (1954–1992) produced a compelling body of work that remains closely identified with the AIDS crisis. Born in Red Bank, New Jersey, he suffered traumatic childhood abuse from his father. After leaving home in his early teens, he survived initially by hustling on the streets of New York City. He turned to writing and photography, and by the late 1970s, he was fully immersed in New York’s avant-garde art scene. Working across media, from painting to film to performance, Wojnarowicz created art that was socially and politically provocative. In 1987, the AIDS-related death of his lover, photographer Peter Hujar, further galvanized Wojnarowicz’s artistic activism. Wojnarowicz’s close friend Nan Goldin photographed him with an elephant skull. When asked about his decision to slick his hair and wear makeup for this portrait, she replied simply, “He wanted to wear a mask.” Nan Goldin (born 1953) Silver-dye bleach print, 1990
David Wojnarowicz (1954–1992), uno de los artistas más destacados que emergieron en la década de 1980, produjo una cautivadora obra que continúa identificándose estrechamente con la crisis del sida. Nacido en Red Bank, Nueva Jersey, vivió una niñez traumática debido a los abusos de su padre. Tras abandonar su hogar siendo apenas un adolescente, logró sobrevivir en un principio vendiendo su cuerpo en las calles de Nueva York. Se dedicó a la escritura y la fotografía y, hacia finales de los 70, se había metido de lleno en la escena artística de vanguardia de Nueva York. Wojnarowicz trabajó en muchos medios, desde la pintura al cine y la performance, y creó obras de arte provocadoras tanto social como políticamente. En 1987, la muerte relacionada con el sida de su pareja, el fotógrafo Peter Hujar, fomentó aún más el activismo artístico de Wojnarowicz.
La amiga cercana de Wojnarovicz, Nan Goldin, lo fotografió con la calavera de un elefante. Cuando le preguntaron por qué el artista había decidido ponerse gel en el pelo y maquillarse para el retrato, la fotógrafa respondió sencillamente: “Él quería llevar una máscara”.
